Una alimentación sana contribuye en gran medida a mantener la salud, el bienestar y por ende la calidad de vida.
Dicho esto, que por un lado es algo obvio y casi todos tenemos conciencia de ello en muchas ocasiones por desinformación, por tiempo u otros vamos dejando a un lado uno de los pilares de nuestra salud que representan casi un 50% siendo un puntal que por ejemplo todo deportista conoce y que acaba pasando factura el descuido de la misma tanto a una ama de casa, como a un estudiante o un aguerrido trabajador.
Quiérete más, aliméntate mejor.
En en desarrollo de Planifood hemos tenido en cuenta desde los requerimientos nutricionales en cada persona que varian y son diferentes, pasando por las propiedades de cada alimento, las ingestas, así como una buena planficación y desde luego el “sabor” por qué que sería de la comida sin un agradable sabor. A través de una buena cocina obtenemos el máximo exponente de los alimentos, su gusto, texturas y matices capaces de agasajar el más sibarita de los paladares unidos a unos tiempos de cocción óptimos obtenemos el máximo de nutrientes y con un toque de presentación obtenemos una gran satisfacción que será siempre reconocida.
Uno de los aspectos en los que infundimos valor es en la alimentación y cocina de temporada, algo a lo que siempre sacamos un doble partido, el saludable ya que las frutas y verduras frescas proporcionan mejores aspectos en la alimentación al igual que en el pescado que brinda mayores nutrientes en su época algida y por otro lado representa un importante ahorro económico en la cesta de la compra, por eso a través de a app siempre tendrás esos alimentos que son presentes en cada temporada.
Pero qué comemos y en que medida?
Este es un aspecto que siempre se plantea y que en Planifood hemos querido proponer siempre de forma arbitraría ya que todos no comemos igual, ni tenemos las mismas necesidades ni tampoco seguimos las mismas dietas por lo que procedimos a adaptar diferentes tablas al objeto de balancear de una forma equilibrada alimentación, menús e ingestas.
Una alimentación saludable requiere varias raciones de verduras y frutas cada día. De esta forma se garantiza el aporte de nutrientes relevantes como las vitaminas. También los productos a base de cereales, por ejemplo el pan, la pasta, el arroz, los copos de cereales y las patatas deben consumirse a diario. La leche y los lácteos son otro componente que durante muchos años se ha considerado clave dentro de una dieta sana por considerarlo como la fuente de calcio más importante.
La cantidad de grasas y aceites en la alimentación ha de ser inferior a la de los hidratos de carbono. Por regla general, lo que se recomienda es elegir cada día alimentos de todos los grupos para contar con un aporte óptimo de todos los nutrientes importantes y garantizar una dieta saludable. Los dulces con alto contenido en azúcares y grasas y los aperitivos salados, por su parte, solo deben suponer un pequeño porcentaje de la alimentación.
Es bien sabido que la fruta es muy recomendable para una dieta sana. El consumo continuado de entre dos y tres raciones diarias de fruta puede prevenir las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Según el estudio publicado recientemente por FRESCO (Función de Riesgo Española de acontecimientos Coronarios y Otros), el primero y de mayor embergadura hasta la fecha, realizado durante una década y 7 Comunidades Autónomas determina que tan solo un 25% de la población española estaría en un peso correcto o adecuado, padeciendo el resto sobrepeso. El estudio llevado a cabo por investigadores de todo el país pone de maifiesto datos alarmantes sobre todo en lo referido a las mujeres que multiplican hasta por 12 las posibiilidades de desarrollar patologías cardivasculares o oncológicas. El informe que ha sido muy contundente ha descrito la situación actual como pandemia de obesidad en la que se deben de implementar estratégias para mejorar los habitos alimenticios y de vida.
Información de algunos alimentos que no deberían faltar en una dieta equilibrada.
Avena. “Es casi el alimento óptimo para la salud”, señala el doctor Pros (autor de Cómo cura la avena). Y es que este cereal tiene una completa combinación de proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas B y E. Destaca este especialista el sílice: “Porque nutre el tejido conectivo humano, beneficia las articulaciones, el sistema nervioso y la electrobioquímica del organismo, además de mejorar las facultades memorísticas”.
Brócoli. Es uno de los llamados superfoods por sus propiedades nutritivas y antioxidantes. De él se dice que ayuda a bloquear el empuje de los agentes cancerígenos.
Cebolla. Es, al igual que el ajo, un excelente antibiótico natural. Eso sí, hay que consumirla cruda, porque la cocción destruye sus nutrientes. Su aporte de fibra y su contenido mineral y vitamínico hacen de ella una magnífica reguladora del organismo.
Dátil. El biólogo Santiago Orts deja claras sus bondades: “Es muy rico en hidratos de carbono, proteínas y minerales: hierro, potasio, calcio, sodio, magnesio, cinc, manganeso… además aporta gran cantidad de vitaminas A, C y muchas del grupo B. No tiene colesterol ni ningún tipo de grasas de origen vegetal, por eso es un alimento muy consumido por los deportistas”.
Espinacas. Más que por el famoso hierro que tan fuerte hacía a Popeye, lo que las espinacas nos dan son antioxidantes, que es la mejor ayuda para prevenir el envejecimiento. Además, posee fibra, vitaminas, minerales y pequeñas cantidades de hierro y calcio.
Frutos rojos. Contienen un bajo aporte calórico, son antioxidantes, tienen fibra y propiedades diuréticas y laxantes. Y por si todo esto fuera poco, son un gran aliado para fortalecer las defensas.
Germen de trigo. Destaca su notable aporte de vitamina E, gran antioxidante. Poderoso contra el cansancio intelectual, previene la acumulación de colesterol en las arterias. Como también tiene cinc y vitaminas del grupo B, es bueno para el cabello, las uñas y la piel.
Huevo. Hasta un día mundial tiene el huevo: el 14 de octubre (y un instituto propio). El fuerte de este popular alimento está en las proteínas de alto valor biológico que contiene. Solo hay un problema: para quedar a salvo de sus posibles bacterias, lo mejor es consumirlo siempre muy bien cocinado.
Jengibre. Pone en movimiento todo el organismo (sobre todo la sangre y la circulación linfática) y resulta muy recomendable, según asegura la doctora Gillian McKeith en El gran libro de la alimentación, para el metabolismo en general. McKeith recomienda su uso también en caso de padecer anemia.
Kiwi. Este colocón de antioxidantes y vitamina C nos protege de catarros y gripes. Además, contiene fibra y ácido fólico (muy importante para las embarazadas, los niños y los mayores). Legumbres. Recomendadas por algunos especialistas para ayudar a equilibrar los niveles hormonales. Esto se debe a sus efectos fitoestrogénicos, su contenido en fibra y sus nutrientes.
Mango. Rico en magnesio y en vitaminas A y C (200 gramos de pulpa cubren las necesidades de una persona de dichas vitaminas). Es bueno para la vista, los huesos y el sistema inmunológico.
Nuez. Con dos nueces al día vamos a darle al organismo una destacable ayudita. Este fruto seco cuida el corazón, equilibra el colesterol y la presión arterial, además de los niveles de glucosa.
Ortiga. Es antihemorrágica, tónica, antialérgica y antihistamínica, diurética, analgésica y antiinflamatoria. ¿Hay alguien que necesite oír algo más para decidirse a prepararse una infusión de ortiga?
Pescado azul. “Me quedo con el pescado azul, y más concretamente, con el atún. Guarda en su carne proteínas de alto valor biológicos”, destaca el doctor Pedro Pablo García Luna.
Quinoa. “Un alimento realmente maravilloso”, señalan expertos de la Universidad Brigham Young (EE UU). “Contiene el doble de proteínas que los cereales habituales, vitaminas del grupo B, muchos minerales e incluso una dosis notable de grasas saludables”.
Rábano. Pocas calorías y buena fuente de hidratos de carbono y de fibra. De su contenido en vitaminas destaca la C; y de los minerales, el potasio y el yodo (en cantidad superior a la mayoría de hortalizas).
Soja. Su proteína no aporta los valores negativos de las proteínas animales (colesterol, hormonas, colorantes, conservantes) y sus aminoácidos esenciales aminoran las descompensaciones hormonales.
Tomate. Excelente fuente de fibra, minerales (potasio y fósforo) y vitaminas, además de ser un destacado antioxidante. Favorece la absorción del hierro de los alimentos, ayuda a prevenir infecciones y es bueno para casi todo: vista, piel, cabello, huesos y sistema inmunológico.
Uva. La cantidad de vitamina 6 (una potente ayuda para mantener el buen funcionamiento del cerebro) que contiene solo es superada por las frutas desecadas y las tropicales.
Vino tinto. Baja el colesterol malo, aumenta el bueno y previene el envejecimiento prematuro (gracias a sus antioxidantes), eso sí, tomado con moderación. Una copa diaria, dicen los que saben, sería la medida perfecta.
Wasabi. En la medicina oriental está considerado como un alimento capaz de combatir catarros, dolores articulares e incluso problemas de estómago. Es capaz de acabar con algunos parásitos del pescado crudo.
Zanahoria. El betacaroteno es lo que la convierte en una auténtica reina para la piel y para la vista. También contiene hidratos de carbono y fibra.